El acné es una enfermedad crónica que se da cuando aumenta la producción de sebo en la glándula sebácea y la queratina en el folículo de la piel. Es más frecuente durante la adolescencia por los cambios hormonales propios de la edad. Este puede presentarse en forma de granos abiertos (puntos negros) o cerrados, pápulas, pústulas o quistes, generalmente dolorosos y que suelen dejar cicatrices. En su mayoría, afecta zonas como cara, cuello, espalda, pecho y hombros. Entre los factores más desencadenantes o que agravan el acné, encontramos la ingesta de lácteos y sus derivados, azúcares y carbohidratos, el estrés (ya que aumenta la liberación de esteroides que estimulan la producción de sebo), la presión social y psicológica. Como experta en piel recomiendo iniciar un tratamiento de forma temprana evitando así las posibles cicatrices físicas y psicológicas.
Algunos tips para evitar la aparición de acné:
- Lavar la cara dos veces al día.
- No utilizar cepillos, esponjas ni aparatos vibratorios
- Evitar alimentos lácteos y derivados, azúcares y grasas.
- Aumentar la ingesta de verduras y frutas. Eliminar el uso de maquillaje, a menos que sea formulado
- Usar agua micelar para retirar el maquillaje.
- Realizar ejercicio constantemente.